Uno de los últimos días de
clase, en el Power Point de Agustín sobre "Evaluación" aparecía la fotografía
de John Gurdon, premio Nobel de
medicina que suspendió Biología.
Me puse a buscar parte de la biografía
de este científico de incuestionable éxito, y resulta que no solo suspendió Biología,
si no que quedan testimonios de profesores suyos tales como este, sobre su
posible futuro académico: “Su
rendimiento, sus resultados, son
insatisfactorios. No asimila bien. Las notas donde apunta sus experimentos
están rasgadas y confusas. A menudo se encuentra perdido, porque no escucha.
Insiste en hacer las cosas a su manera. Me ha llegado la noticia de que quiere
ser científico. En las circunstancias actuales, me parece algo ridículo. Si no
puede ni siquiera aprender las bases de la biología, no tiene posibilidades de
desempeñar el trabajo de un especialista. Sería una pura pérdida de tiempo no
sólo para él, sino también para los que deberán enseñarle”. Fijaros
Pues bien, una cosa me llevó a
la otra y decidí buscar casos parecidos de otros malos estudiantes que luego “se
convirtieron” en genios, y resulta que la lista es abrumadoramente larga e
impresionante. De alguno de ellos todos habíamos oído algo, pero la lista parece
infinita.
De Albert Einstein se dijo “este chico no llegará nunca a ningún sitio”,
ya que sus maestros lo encontraban demasiado lento y reflexivo antes de
responder a cualquier cuestión, no conseguía aprender nada de memoria y era
incapaz de entender reglas y órdenes.
Stephen
Hawkins, aprendió a leer a los ocho años, estudiaba menos de una
hora al día y recuerda su paso por la universidad como un periodo de
“aburrimiento y con la sensación de que no mereciera la pena esforzarse”.
Évariste Galois,
considerado el padre del álgebra moderna,
fue rechazado dos veces por la École Polytechnique de París por su manifiesta
incapacidad de superar los exámenes de acceso y por su sistemática rebelión a
las reglas y al sistema.
Para sus maestros, Charles Darwin, era
“un chico que se encuentra por debajo de los estándares comunes de la
inteligencia. Es una desgracia para su familia”, y al parecer su propio padre
compartía el diagnostico.
La madre de Thomas Edison llegó a quitarle de la
escuela tras perder la paciencia con sus resultados. Según sus profesores era un
chico “confuso, inestable y conflictivo”.
La lista sigue y sigue, pero
no solo entre los matemáticos y físicos. Resulta que Giuseppe Verdi no fue admitido en la Escuela Superior de Música de Milán,
entre otras cosas ¡adoptar una postura incorrecta de las manos sobre el piano!
(lamentable), Debussy
tenía faltas de ortografía CONSTANTES y RECURRENTES, Leonardo
abandonaba al poco tiempo cualquier proyecto que empezaba, Unamuno
suspendió la asignatura de LITERATURA, Balzac fue
un auténtico desastre (distraído, indisciplinado...).
¿Cosas del pasado? Para nada, por ejemplo Craig
Venter, el padre del genoma humano, estaba más
interesado en la vela y el windsurf y dejó un muy mal recuerdo en su paso por
la escuela, ya que sus notas no eran buenas precisamente. A Bill Gates, sus padres tenían que
pagarle para que estudiara porque no había manera…
Y ahora, las preguntas
incomodas… ¿Cómo es posible esto? ¿De quién es la culpa? ¿De los profesores? ¿Del
sistema de enseñanza? ¿Es un criterio fiable el criterio de enseñanza?.. Y
sobre todo ¿Por qué siguen pasando estas cosas, y seguramente sigan pasando por
mucho más tiempo?
Mariano Enguita (Catedrático
de Sociología), con respecto a esto dice que “Siempre hay que recordar que los
grandes números dicen todo lo contrario: a la gente a la que le ha ido bien en
la escuela, le fue bien en la vida. Pero es cierto que hay niños que pueden
chocar fácilmente con sistemas rígidos y torpes”
Por otro lado reconoce que (y
esto tiene relación con el video que viene a continuación), a diferencia del
pasado, “ahora con las redes sociales todo el mundo tiene oportunidades para formarse
incluso fuera de las aulas. Hay muchas herramientas disponibles. Y sí, digamos
que sí, hay personas que aparentemente no necesitan la escuela”.
Yo desde luego que no tengo la
solución, y puede que ni siquiera una opinión bien formada o me falten elementos de juicio para opinar,
pero ahí os dejo con los datos y os animo a que meditéis vuestra postura. Winston
Churchill, que es ultimo
de nuestros “fracasados escolares de hoy” dijo “Siempre me ha encantado
aprender. Lo que no me gusta es que me enseñen” y supongo que eso es lo más
importante, aprender. Su madre había dicho de el: “El trabajo escolar de mi
hijo es un insulto a la inteligencia”. El resto, como se suele decir, es
historia.
Os dejo un video que he visto
una y otra vez (porque me encanta), en el que el gran Isaac Asimov opina sobre
esto, sobre la educación y sobre el valor de las nuevas tecnologías a este
respecto. Os lo recomiendo, porque quién sabe si algún día todo esto vaya a más
y ni siquiera los profesores hagamos falta, y os animo que investiguéis y sigáis
aprendiendo sobre aquello que os gusta desde niños, por vuestros propios
medios, a vuestro propio ritmo y la dirección que vosotros consideréis correcta.
Un saludo
Fernando Patón Rosillo
“La educación es lo que queda después
de que uno ha olvidado lo que aprendió en la escuela”
A. Einstein
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