viernes, 27 de diciembre de 2013

¿Fracasados escolares o escuela fracasada?



Uno de los últimos días de clase, en el Power Point de Agustín sobre "Evaluación" aparecía la fotografía de John Gurdon, premio Nobel de medicina que suspendió Biología.
Me puse a buscar parte de la biografía de este científico de incuestionable éxito, y resulta que no solo suspendió Biología, si no que quedan testimonios de profesores suyos tales como este, sobre su posible futuro académico: “Su rendimiento, sus resultados, son insatisfactorios. No asimila bien. Las notas donde apunta sus experimentos están rasgadas y confusas. A menudo se encuentra perdido, porque no escucha. Insiste en hacer las cosas a su manera. Me ha llegado la noticia de que quiere ser científico. En las circunstancias actuales, me parece algo ridículo. Si no puede ni siquiera aprender las bases de la biología, no tiene posibilidades de desempeñar el trabajo de un especialista. Sería una pura pérdida de tiempo no sólo para él, sino también para los que deberán enseñarle”. Fijaros
Pues bien, una cosa me llevó a la otra y decidí buscar casos parecidos de otros malos estudiantes que luego “se convirtieron” en genios, y resulta que la lista es abrumadoramente larga e impresionante. De alguno de ellos todos habíamos oído algo, pero la lista parece infinita.
De Albert Einstein se dijo “este chico no llegará nunca a ningún sitio”, ya que sus maestros lo encontraban demasiado lento y reflexivo antes de responder a cualquier cuestión, no conseguía aprender nada de memoria y era incapaz de entender reglas y órdenes.
Stephen Hawkins, aprendió a leer a los ocho años, estudiaba menos de una hora al día y recuerda su paso por la universidad como un periodo de “aburrimiento y con la sensación de que no mereciera la pena esforzarse”.
Évariste Galois, considerado el padre del álgebra moderna, fue rechazado dos veces por la École Polytechnique de París por su manifiesta incapacidad de superar los exámenes de acceso y por su sistemática rebelión a las reglas y al sistema.
Para sus maestros, Charles Darwin, era “un chico que se encuentra por debajo de los estándares comunes de la inteligencia. Es una desgracia para su familia”, y al parecer su propio padre compartía el diagnostico.
La madre de Thomas Edison llegó a quitarle de la escuela tras perder la paciencia con sus resultados. Según sus profesores era un chico “confuso, inestable y conflictivo”.
La lista sigue y sigue, pero no solo entre los matemáticos y físicos. Resulta que Giuseppe Verdi no fue admitido en la Escuela Superior de Música de Milán, entre otras cosas ¡adoptar una postura incorrecta de las manos sobre el piano! (lamentable), Debussy tenía faltas de ortografía CONSTANTES y RECURRENTES, Leonardo abandonaba al poco tiempo cualquier proyecto que empezaba, Unamuno suspendió la asignatura de LITERATURA, Balzac fue un auténtico desastre (distraído, indisciplinado...). 
¿Cosas del pasado? Para nada, por ejemplo Craig Venter, el padre del genoma humano, estaba más interesado en la vela y el windsurf y dejó un muy mal recuerdo en su paso por la escuela, ya que sus notas no eran buenas precisamente. A Bill Gates, sus padres tenían que pagarle para que estudiara porque no había manera…
Y ahora, las preguntas incomodas… ¿Cómo es posible esto? ¿De quién es la culpa? ¿De los profesores? ¿Del sistema de enseñanza? ¿Es un criterio fiable el criterio de enseñanza?.. Y sobre todo ¿Por qué siguen pasando estas cosas, y seguramente sigan pasando por mucho más tiempo?


Mariano Enguita (Catedrático de Sociología), con respecto a esto dice que “Siempre hay que recordar que los grandes números dicen todo lo contrario: a la gente a la que le ha ido bien en la escuela, le fue bien en la vida. Pero es cierto que hay niños que pueden chocar fácilmente con sistemas rígidos y torpes”
Por otro lado reconoce que (y esto tiene relación con el video que viene a continuación), a diferencia del pasado, “ahora con las redes sociales todo el mundo tiene oportunidades para formarse incluso fuera de las aulas. Hay muchas herramientas disponibles. Y sí, digamos que sí, hay personas que aparentemente no necesitan la escuela”. 
Yo desde luego que no tengo la solución, y puede que ni siquiera una opinión bien formada o  me falten elementos de juicio para opinar, pero ahí os dejo con los datos y os animo a que meditéis vuestra postura.  Winston Churchill,  que es ultimo de nuestros “fracasados escolares de hoy” dijo “Siempre me ha encantado aprender. Lo que no me gusta es que me enseñen” y supongo que eso es lo más importante, aprender. Su madre había dicho de el: “El trabajo escolar de mi hijo es un insulto a la inteligencia”. El resto, como se suele decir, es historia.
Os dejo un video que he visto una y otra vez (porque me encanta), en el que el gran Isaac Asimov opina sobre esto, sobre la educación y sobre el valor de las nuevas tecnologías a este respecto. Os lo recomiendo, porque quién sabe si algún día todo esto vaya a más y ni siquiera los profesores hagamos falta, y os animo que investiguéis y sigáis aprendiendo sobre aquello que os gusta desde niños, por vuestros propios medios, a vuestro propio ritmo y la dirección que vosotros consideréis correcta. 

Un saludo

 Fernando Patón Rosillo


“La educación es lo que queda después de que uno ha olvidado lo que aprendió en la escuela”
  A. Einstein




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