domingo, 1 de diciembre de 2013

¿La muerte igualitaria?

Tras la visita al cementerio de Ciudad Real y al hilo de los artículos de Víctor M. Domínguez y José Javier Piña, me pregunto si realmente es cierto el tópico literario Omnia mors aequat, que Jorge Manrique usa abundantemente en las Coplas a la muerte de su padre:

así que no hay cosa fuerte, 
que a papas y emperadores 
y prelados, 
así los trata la muerte
como a los pobres pastores
de ganados.



Si echamos una mirada a cualquier cementerio podemos observar que eso no es exactamente así, de hecho, los cementerios o necrópolis son una de las principales fuentes históricas para estudiar la estructura social de cualquier civilización.
Con los mismos criterios que utiliza la arqueología de la muerte para sacar conclusiones sobre la estructura
social de cualquier cultura antigua, podemos analizar nuestras necrópolis y comprobamos que es fácil
distinguir diferentes grupos sociales, puesto que encontramos desde enterramientos simples, sin apenas
señalización, pertenecientes a las clases menos favorecidas hasta panteones monumentales, que se diferencian a simple vista de los enterramientos de las clases medias y cuyo fin principal es destacar el estatus de la familia a la que pertenece el difunto. Aquí dos ejemplos en Ciudad Real:

 Tumbas sencillas Cementerio de Ciudad Real.


Aunque no siempre la tumbas más ostentosas se corresponden con la élite, como es el caso de los gitanos, cuyas tumbas llaman la atención por su colorido y decoración en medio de la sobriedad y los tonos blancos o grises que predominan en los cementerios.
Ejemplo de una tumba gitana



Otros elementos que podemos estudiar analizando los cementerios son la evolución demográfica a lo largo
del tiempo, pues pueden recopilarse datos: la edad y sexo de los fallecidos en cada período, con los que
elaborar una pirámide demográfica.

Una visita al cementerio puede servirnos de escusa también para explicar algunos sucesos históricos, ya que siempre encontraremos enterrado algún personaje histórico de mayor o menor relevancia, suele haber un
monumento a los caídos del bando franquista en la Guerra Civil (en muchos casos más recientemente se han levantado también monumentos a los caídos republicanos) y e la mayoría de los casos los muros de los
cementerios aún conservan los agujeros de bala de los fusilamientos llevados a cabo en los primeros
años de posguerra.
Muro del cementerio de la Almudena, donde fueron fusilados más de 4000 personas 
durante la represión franquista.
Panteón dedicado a los republicanos fusilados tras la Guerra Civil, Ciudad Real

En algunos casos puede incluso obtenerse información sobre las ideas políticas o las profesiones de los difuntos:

Sepultura de Fernando Aguinaco Blanco en Ciudad Real. Era una de las personas de confianza de José Antonio Primo de 
Rivera.

Los cementerios son lugares que suscitan a la vez temor, intriga, misterio e interés, especialmente en las edades en las que se encuentran los alumnos de la E.S.O y Bachillerato, en las que se siente especial interés por los temas mástétricos, por tanto pueden ser una buena herramienta para la motivación de los alumnos. A través de un trabajo en grupo pueden llevar a cabo una investigación, supervisada por el profesor, sobre diversas temáticas: evolución demográfica, historia o social, que permita que el alumno no solo aprenda sobre dicha temática, sino que además trabaje las competencias básicas de autonomía e iniciativa personal, de aprender a aprender, cultural y artística y tratamiento de la información.

Para terminar una canción: El muerto vivo.


Inmaculada López Jareño




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