miércoles, 18 de diciembre de 2013

DE VUELTA AL “INSTI”

Sí, ya queda poco para iniciar el practicum y volver de nuevo al instituto, pero esta vez estaremos de frente a los alumnos aunque no hayamos dejado de ser estudiantes. ¿Cómo será la experiencia? ¿Qué nos encontraremos en las aulas?
La respuesta a la primera pregunta no puede ser otra que buena. A mi modo de ver la labor del profesor es de las más enriquecedoras y gratificantes que existen en el modo en que somos capaces de ilustrar a los hombres y mujeres del mañana. Es por ello que se establece una relación que perdura en el tiempo aunque no seamos conscientes: todos tenemos en nuestra mente uno o varios profesores que nos marcaron con sus clases por la pasión con que la daban  y por la motivación que nos infundieron a la hora de afrontar el estudio de su materia. Sin duda, nos han influido hasta el punto de que los intentaremos imitar de una u otra forma en nuestras clases. Esa relación es recíproca ya que seguro que los profesores (sobre todo con alumnos en edades más tempranas) se molestaron la mayoría en educar a sus alumnos como auténticos padres (en ese caso se podría decir que son los únicos padres con familia numerosa…y creciendo).
La respuesta a la segunda pregunta, sin embargo, si es una incógnita. En este punto resaltaría dos conceptos: la percepción del cambio y el cambio de las mentalidades.   
Han pasado unos cuantos años que abandonamos todos el instituto, pero seguro que pensamos que en nuestro regreso a él poco habrá cambiado. El cambio existe, pero es lento y progresivo y eso impide su percepción. Puedo citar un ejemplo desde mi propia experiencia en la misma universidad porque, después de una etapa laboral de cinco años, volví para rematar la carrera. Ya desde la primera clase percibí el cambio. El primer impacto fue visual ya que la mitad de los estudiantes contaban con un portátil sobre su mesa y al llegar el profesor, después de arrancar  el ordenador (antes no existían en las aulas), comenzó la proyección de una presentación (la era de las transparencias había llegado a su fin, excepto para algún profesor extremadamente conservador hasta en sus apuntes). Poco más tarde el impacto fue auditivo debido a que, cuando el profesor inició su explicación, las teclas de los portátiles comenzaron al unísono una peculiar banda sonora, hasta el punto de llegar a preguntarme si no me había equivocado de clase y  había entrado por error en un examen de mecanografía. También se había implantado una nueva plataforma (¡virtual!) a través de la cual se mandaban las tareas de clase.
Esta percepción del cambio en cuanto a materiales será difícil de encontrar en el instituto, pero es aquí donde entra en juego el segundo concepto: el cambio de las mentalidades. Este cambio se produce de forma exponencial y no hay nada más que fijarse en cómo ha cambiado la mentalidad de la generación de nuestros abuelos con respecto a la nuestra. De la misma forma, aunque creamos lo contrario, se habrá creado un escalón con respecto a nuestros próximos alumnos. Entenderlo y superarlo es básico para llevar a cabo con garantías nuestra enseñanza y su aprendizaje.

Como diría Agustín, en vuestra vuelta al “insti”…cultura juvenil



A continuación la Unidad Didáctica nº7 referente a La colonización americana:



Póngase en relación con: Tintín en el Congo, Tintín en América, Tintín y el Loto Azul, Tintín en el país del oro negro, Tintín: Aterrizaje en la Luna y Tintín al Tibet.

Bienvenido Mero.

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