Me desmarco de la blanca navidad para subir una entrada que escribí hace algunas semanas pero que no publiqué por problemas técnicos... que no he podido solucionar. Pero tengo que subirla ya porque se acaba el mes
A raíz de la muerte de Nelson Mandela, Agustín nos comentó dos cosas. En
primer lugar, que muchos de sus alumnos de secundaria están ahora escribiendo
acerca de su muerte, vayan ejemplos:
uno
y
dos;
lo cual me llevó a reflexionar que yo también podía hacerlo. En segundo lugar,
que la cultura africana queda bastante lejos del currículo, mientras que el
continente apenas está a 15
kilómetros de las costas de Tarifa. El acercamiento que
se hizo en el instituto de Agustín y en varios más de la provincia, con taller
de percusión y baile incluidos, desde luego que fue apasionante para los
chicos. Pero me queda la duda sobre si este taller no perpetúa la imagen de un África
como agregado de diversas tribus que mantienen modelos de vida preindustriales,
lo cual no tiene por qué ser así. Los países africanos intentan su despegue
económico y, si no lo hacen como debieran, es debido a múltiples factores:
acuerdos desiguales históricos con unas metrópolis aprovechadas, parcelación
del continente en guerras tribales bajo señores de la guerra –
algo
quese libra en estos momentos en la República Centroafricana,
que
se cuece en Sudán del Sur; o en Somalia en todo momento-, cuando no en
sangrientas dictaduras (varias de ellas, como las de
Mugabe en Zimbabue u
Obiang, en Guinea
Occidental -colonia española hasta 1966, como imagino que muchos de nuestros
futuros alumnos desconocerán- siguen) o los grandes campos de muerte colectiva
por inanición en toda la zona del Sahel.
El propósito de esta entrada es utilizar la figura de Mandela, yendo más
allá de
la película de
Eastwood, para mostrar una serie de recursos con los que acercar a
los alumnos al continente.
Es indudable que, en general, se trata de un continente sumido en la
desigualdad y en la miseria, pero también el día a día africano nos puede dar
lugar para aprender. Y es que hay una cosa que yo pienso que deberíamos imitar,
en tanto que se enseña en las escuelas: la
utilización
cotidiana de las
tres R en
nuestraforma de vida: Reciclar, Reutilizar y Reducir, como forma del
mantenimiento ecológico del planeta.
No toda África es la misma. No es lo mismo Marruecos que Malí y que
Sudáfrica. Probablemente, el mejor acercamiento que pueden tener los alumnos
–aunque ya para los mayores- a la historia del continente es el retrato que
dibuja Kapuscinski en su obra más famosa.
Yo tengo de una edición que regaló el periódico ABC, pero aquí está el libro
completo:
http://www.latertuliadelagranja.com/sites/default/files/Kapuscinski,%20Ryszard%20-%20Ebano.pdf
Así los alumnos descubrirán que Mandela no fue el primer héroe del
africanismo, y podrán empezar a reconocer la importancia de nombres como los de
N’Krumah o
Nyerere, en ambos casos dos
líderes de una trascendencia similar a la de cualquiera de los grandes
presidentes occidentales del s. XX (abajo las portadas de ambos en la revista
Time). También tendrán, en el lado opuesto, retratos de bestias salvajes como
el execrable
Idi Amín.
Podrán descubrir por ejemplo que Liberia es el principal fabricante de
neumáticos a nivel mundial. También podrán descubrir las terribles matanzas
entre hutus y tutsis que asolaron Ruanda a comienzos de la década de 1990, que
nosotros recordamos por lo espeluznantes, pero quizá nuestros alumnos, por edad,
nunca hayan oído hablar. Siguiendo la utilización de libros como recursos
didácticos
que
hace tiempo inició José Luis, este a mí me parece fundamental.
Por otro lado, para rendir homenaje a Mandela, y evitar que su nombre sea
borrado de cara al futuro en las generaciones occidentales, ya que lo que se
olvida deja de existir, se puede recurrir a la música. Eldiario ya recogió
varias delas canciones dedicadas a la figura del expresidente sudafricano,
y yo añado otra en nuestro idioma que se les olvidó,
“qué felizque en una
historia de amor / todo un pueblo encierre su libertad” (de Pablo Milanés,
que es como si Roy Orbison hubiera nacido en Cuba).
Si se quiere ir más allá en el tema de la música, sin recurrir al cajón de
sastre conocido como “world music”, se puede encontrar un LP mágico que fusionó
los ritmos de Soweto con la música pop occidental. Uno de los trabajos más
hermosos que yo he escuchado jamás,
Graceland de Paul Simon (Warner,
1986), que debería ser de escucha obligada para aquellos que se consideren con
un mínimo de sensibilidad.
Aquí el disco completo
A pesar de contar con numerosos músicos locales, entre ellos la por aquel
entonces banda más famosa de Sudáfrica, Ladysmith Black Mambazo, el hecho de
que buena parte del proyecto –no todo- se grabara en la propia Sudáfrica
produjo una fuerte controversia en un momento en el que numerosos músicos
occidentales habían impuesto un veto al país por el motivo del Apartheid,
e intentaron boicotear a Simon por habérselo saltado.
Simon nos puede introducir en la música africana, en la cual brillan varios
nombres propios. El más famoso es
Youssou N’Dour, actual
ministro de turismo de Senegal –siguiendo esa costumbre inaugurada por Gilberto
Gil en Brasil de hacer ministros a los músicos- que ha girado mucho por
occidente. También es imprescindible rescatar la figura de Fela Kuti, uno de
los grandes genios musicales, máximo exponente del afrobeat, fuertemente
comprometido en su día con la emancipación africana y los derechos de los
negros. Precisamente en la contraportada de su álbum
Zombie (Coconut
Records, 1976) aparece un cómic magnífico que ilustra lo que supuso el proceso
de emancipación de África, e incluso creo que se puede utilizar en clase
Así entroncamos con la política, y podemos culminar este recorrido por
África precisamente como empezamos, con la trascendencia política que tuvo
Mandela. Esta semana he estado discutiendo con un amigo mío por email por
un
texto que escribió y del que, a pesar de estar de acuerdo en su espíritu,
su redacción me sonaba panfletaria. Yo le respondía con
otro texto de Santiago Alba
Rico que dice lo mismo, pero escrito a la manera que a mí me gusta, y que
recomiendo encarecidamente que leáis aquí. Esto entronca con la realidad
sudáfricana: aunque Mandela quede para el recuerdo como un libertador, la
desigualdad sigue siendo manifiestamente fuerte en un país donde, como en
todos, se ha instalado el sistema capitalista contra los deseos de la gente,
aplicando la doctrina del shock. No es casual que en su libro homónimo (
La
doctrina del shock, Paidós, 2007), Naomi Klein dedique uno de sus
capítulos precisamente a Sudáfrica (pp. 261-293).
(
No he podido adjuntar el capítulo, pero cualquiera que esté interesad@,
que ojalá y seáis tod@s, que me lo pida y se lo mando por email)
La doctrina del shock es un LIBRO IMPRESCINDIBLE PARA ENTENDER EL
MUNDO DE HOY EN DÍA, en tanto que el ataque antipersonas lo estamos sufriendo
actualmente en nuestro país. Existe adaptación cinematográfica:
La doctrina del shock (Mat
Whitecross y Michael Winterbottom, 2009)
Post: Fabio Huertas Montero