autoridad. (Del lat. auctorĭtas, -ātis). 3. f. Prestigio y crédito que se
reconoce a una persona o institución por su legitimidad o por su calidad y
competencia en alguna materia.
El otro día en
clase, pensé que podía ser interesante que reflexionáramos sobre si la
autoridad del profesor en las aulas era mayor o menor que antes o, si
directamente se había perdido, y si ese podía ser, por qué no, uno de los
motivos del incipiente fracaso y abandono escolar. ¿Creen los alumnos en el
profesor?, ¿le respetan?, ¿valoran su conocimiento? Antes la autoridad se daba
por supuesta, hoy parece que el profesor debe ganársela.
Partiendo de
la base, de que para mí, un buen profesor no es el respetado por miedo, temor o
patrones habitualmente admitidos, sino el que consigue enganchar y atraer el
interés de los alumnos por su asignatura, de la forma que sea, para evitar el
absentismo y conseguir al mismo tiempo algo de aprendizaje por parte de los
alumnos, he de decir que desde mi punto de vista, la autoridad del profesor en
algunos casos si se ha perdido. Antes, la autoridad se daba por su puesta, la
educación recibida daba al adulto, y por ende al profesor, un principio de
autoridad, veracidad y respeto que hoy en día algunos no tienen. No hablo desde
mi experiencia profesional, pero sí desde mi experiencia como alumno cuando
años atrás y en más de una ocasión, me he echado las manos a la cabeza con
determinados episodios presenciados. Quién no ha visto algo así y tras
comentárselo a sus padres estos no le han dicho: en mis tiempos iba a hacer
eso… menudo sopapo se había llevado!!!.
Ocurre en
momentos puntuales y por parte de determinados alumnos. La masificación de lasaulas, el cambio de época, la escolaridad obligatoria, las nuevas tecnologías,
nuevos modelos de vida…. favorecen la pérdida del control sobre el aula.
Con el
siguiente sketch, quiero poner una sonrisa en vuestra cara y que reflexionemos.
La situación actual no es tan extrema pero seguro que muchos pensáis que en
algunos casos, poco le falta para ser así. Profesores agredidos, insultados porlos alumnos, por los padres de estos… lanzo una pregunta: ¿qué se ha hecho mal?
Ni tanto como antes, ni tan poco (en algunos casos) como ahora.
Un saludo. Antonio Alberola Rojas
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