Me
gustaría inaugurar mi aportación en el blog hablando precisamente de música. Sé
que el título es algo confuso, ya que cualquier canción, como cualquier obra de
arte que nos haga vibrar, puede ser educativa para nuestro espíritu. No, no van
por ahí los tiros. Tampoco va sobre canciones que tienen un fin didáctico, ya
que sería difícil acotar qué nos puede enseñar una canción. No, esta entrada va
sobre canciones que hablan de manera monográfica sobre algún aspecto
relacionado con la educación. De momento aporto tres. Sé que hay más, por lo
que queda el post abierto a nuevas aportaciones que corrijan mi desconocimiento
o mi mala memoria.
Comenzamos
por una que todos conocemos, más que nada, porque ya trabajamos con ella en la
asignatura de Pedagogía. “The
happiest days of our lives / Another brick in the wall (part 2)” de Pink Floyd. Las dos canciones
formaban parte de The Wall (El muro) (EMI,
1979), complejo y ambicioso proyecto que primero fue álbum doble, después gira
imposible –Pink Floyd, acostumbrados a puestas en escena espectaculares, aquí
construían un muro durante el espectáculo que llegaba a tapar finalmente toda
la banda, para después destruirlo al final del show, por lo que por motivos
logísticos y económicos no pudieron hacer demasiados conciertos- y finalmente
película (Pink Floyd: The wall, Alan
Parker, 1982: muy recomendable y fácil de localizar, ya que en su día la
regalaron con el periódico “Público”); es también una obra que merece especial
atención. Prácticamente una reflexión filosófica a partir de la narración de la
vida de un chaval, el disco aborda en sus letras aspectos de tan densa temática
como son la alienación en la sociedad postindustrial, el nihilismo, la soledad
del individuo o los totalitarios (¡argumentando un paralelismo entre los
macroconciertos de rock con las manifestaciones masivas del nazismo!). Y además
es un álbum excelente. Debajo he hecho una traducción libre (con ayuda de google
translator) de las dos canciones que aparecen en el vídeo, para aquellos que,
como yo, nos perdemos un poco con el inglés.
Los días más felices
de nuestras vidas
(Roger Waters)
Cuando crecimos y fuimos a la escuela,
allí había ciertos profesores que solían
herir a los niños de cualquier manera que podían.
Haciendo escarnio de ellos
hicieran lo que hicieran,
y exponiendo todas las debilidades
que los chavales ocultaban con cuidado.
Pero en la ciudad se sabía
que cuando llegaban a casa por la noche,
sus gordas y desquiciadas esposas les golpeaban
a pocos centímetros de sus vidas
Otro ladrillo en la
pared (segunda parte)
(Roger Waters)
No necesitamos educación.
No necesitamos que nos controlen la mente.
No a más sarcasmos dañinos en la clase
Maestros, dejad a los niños en paz.
¡Eh, maestros, dejaz a los niños en paz!
Después de todo, solo es otro ladrillo en la pared.
Después de todo, solo eres otro ladrillo en la pared.
No sé si conocéis a Asfalto,
una de las bandas míticas de rock urbano que han surcado este país. Verdaderos
gladiadores musicales (Quijotes eléctricos), es una suerte tremenda que todavía
sigan en activo. Hay muchos Asfaltos diferentes, casi tantos como diferentes
formaciones ha tenido la banda; y así han transitado desde el rock progresivo (Al otro lado, 1978; Utopía, 2008), al pop (Solo
por dinero, 1990) con largos periodos de silencio (1995-2007). Aunque todas
sus etapas me gustan, ya que siempre han demostrado enorme imaginación musical,
así como un cuidado mimo por las letras, reconozco mi preferencia por sus
trabajos cercanos al rock duro, casi heavy (Más
que una intención, 1983; Cronophobia,
1984; Corredor de fondo, 1986).
La canción que traigo aquí se incluía en el primer LP, aquel
mítico Asfalto (Chapa, 1978) que
supuso un cisma en el grupo y el posterior nacimiento de otra banda fundamental
del rock patrio, Topo. Aquí recuerdan cómo vivieron cierto sistema educativo
que, por desgracia, les tocó vivir a algunas de nuestras generaciones
precedentes. Historia cotidiana que algunos de nosotros ya abordamos en la
entrevista que hicimos para Pedagogía. Reproduzco también la letra después del
vídeo
Días de escuela
(José Luis Jiménez / Lele Laina / Julio Castejón / Enrique
Cajide)
Bien abrigado, llegaba al colegio
1960, hace poco tiempo.
Formados frente a una cruz, y a ciertos retratos
entre bostezo y bostezo
gloriosos himnos pesados.
Despertamos en pupitres de dos en dos,
aún recuerdo el estrecho bigote de Don Ramón
y la estufa de carbón frente al profesor,
la dichosa estufa que no calienta ni a Dios.
Suena el timbre, al fin:
bocadillo, recreo, evasión,
una tortura más antes del juego,
la leche en polvo y el queso americano.
Sales tú y el gordo después,
te cambio los cromos, juego al tapón.
Sales tú, la ligo yo
Apuremos el tiempo que ya nos meten dentro.
Dos horas de catecismo y en mayo la comunión.
La letra con sangre entra: otro capón.
Tarea para mañana, puesto el abrigo,
otra copla a los del cuadro y hasta mañana, Don Ramón.
Y ahora tú, ¿qué pensarás?
Si cuanto más me oprimían, más amé la libertad.
Y es a ti a quien canto hoy:
ENSEÑA A TU HIJO A AMAR LA LIBERTAD.
La siguiente canción nos retrotrae aún más atrás en el
tiempo. No creo que Barricada necesiten
presentación. Más de tres décadas de buen hacer musical les avala. Hace poco
publicaron La tierra está sola (Warner,
2009), su personal aportación al debate de la memoria histórica. Tengo un amigo
que defiende que es el mejor trabajo discográfico publicado en nuestro país en
lo que llevamos de siglo XXI; y aunque yo no soy dado a tales maximalismos, es un
hecho objetivo que el álbum raya la excelencia a todos los niveles. Se trata de
un disco conceptual que aborda la represión que padecieron los republicanos
durante la Guerra Civil
(salvo una excepción), siempre con historias cercanas a la persona: recordando
nombres, narrando el sufrimiento cotidiano, para recordarnos que detrás de los
libros de historia y las narraciones de batallas se encontraban seres humanos
que tuvieron que padecer un dolor que no merecían. Una de ellas, la que aquí
traigo a colación, dedicada a los maestros.
No solo el disco es sobresaliente, sino que la presentación es
afín al contenido. Un libreto de 180 páginas (más de 10 dedicadas
exclusivamente a bibliografía, así como una guía para profundizar en la lectura).
Todas y cada una de las canciones viene prolijamente contextualizada, reproduciendo
las fuentes históricas, tanto primarias como secundarias, que las engendraron. Todo
ello con un rigor historiográfico apabullante, por poco usual dentro de la
música popular, cada día más banalizada. Y, por si fuera poco el valor
didáctico y artístico del disco, además viene magníficamente ilustrado.
Es una pena que Barricada, a pesar de los esfuerzos del
Boni, no haya podido sobreponerse a la desbandada de El Drogas. El mes pasado
la banda ponía punto final a su carrera. Pero como detrás de cada final hay un
nuevo principio, El Drogas acaba de publicar Demasiado tonto en la corteza (Maldito Records, 2013), su primer disco en solitario,
que además es triple. Aún no he tenido el placer de escucharlo, pero no dudo
que se tratará un gran trabajo.
Los maestros
(Enrique Villarreal / Alfredo Piedrahita)
Déjame que recuerde esa historia que pasó hace ya mucho
tiempo,
déjame que les quite esta losa que tapó con su peso de
silencio,
déjame que las riegue de lágrimas para borrarles el miedo,
déjame que les riegue la rabia por imaginar aquello,
déjame que en estas líneas escritas regrese a los maestros
que dieron su vida y su sangre por dar al pueblo
conocimiento.
De nada sirvieron sus gritos de angustia antes del
fusilamiento.
Iglesia y caciques, misas y Estado los prefieren
analfabetos.
Con ellos peligra el tiempo que ocupa el crucifijo y la
moral del clero,
por eso estas líneas desordenadas van en dirección de su
recuerdo.
Déjame que recuerde esa historia que pasó hace ya mucho
tiempo.
Lo que entierran no son huesos, son las semillas que van
creciendo.
Lo que entierran no son huesos, son las semillas que van creciendo.
PD: Noticia aparecida hoy en la prensa, y que cada cual
saque sus propias conclusiones: http://www.eldiario.es/sociedad/educacion-protesta-guadalajara-profesores_0_195980962.html
(Autor de la entrada: Fabio Huertas Montero)
(Autor de la entrada: Fabio Huertas Montero)
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