Buenas compañer@s. Relacionando la visita realizada al cementerio de Ciudad Real, donde tuvimos oportunidad de observar la existencia de una variada tipología de tumbas determinadas por una serie de factores sociales, económicos, culturales y religiosos, quiero enseñar y compartir con vosotr@s como a través de la Arqueología se pueden documentar algunas peculiaridades sobre el mundo funerario en distintas épocas. Concretamente voy a señalaros dos enterramientos de dos culturas asentadas en la Península Ibérica durante el II milenio a. C.
En general, el ritual funerario practicado por estas gentes era la inhumación individual. El cuerpo del difunto era depositado en la sepultura en posición de decúbito lateral flexionado y en torno a él se disponía el ajuar.
Cultura Argárica:
Sepultura 121 de Castellón Alto (Galera, Granada). La singularidad del enterramiento radica en que se hallaron restos humanos momificados de un individuo adulto (conservaba restos de cabello, barba y piel) y un niño con fragmentos de un gorro de cuero. Este hallazgo es muy interesante ya que va a permitir conocer mucho mejor cual fue el aspecto físico, la nutrición y enfermedades de la sociedad de aquella época.
(No soy partidario de Iker Jiménez, pero la presencia de varios profesores de la Universidad de Granada en el vídeo dota a este episodio del programa, cierta veracidad a la hora de explicar el proceso de excavación de este enterramiento).
Bronce de La Mancha
Enterramiento 39 de la Motilla del Azuer (Daimiel, Ciudad Real). Se trata de una inhumación de un varón infantil cuyo ajuar, elementos depositados junto al fallecido, estaba compuesto por una serie de vasos cerámicos, fichas y piedras de muy reducido tamaño y que fueron interpretados como juguetes. Lo curioso, es que estos juguetes tenían la funcionalidad de enseñar a los niñ@s los conocimientos y valores que posteriormente desarrollarán en su etapa adulta.
Hasta aquí, estas dos pequeñas anécdotas sobre el mundo funerario en esta época. No sé si os he aburrido, únicamente he querido que viéramos una visión de la muerte durante la Prehistoria Reciente, y, al mismo tiempo, observar la concepción y el pensamiento simbólico que tenían nuestros antepasados.
JOSÉ JAVIER PIÑA ABELLÁN.
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